miércoles, 9 de octubre de 2013

CRÓNICA DEL LICEO ANGEL MARÍA DUQUE

CRÓNICA DEL LICEO ÁNGEL MARÍA DUQUE

Ex Alumno del Liceo
Cronica a Nuestro Liceo
En el mes de junio 1971, se celebraban los 150 años de la Batalla de Carabobo,comandada por El Libertador Simón Bolívar,razón por la que el Ministerio de Educacióndecretó la obligación de los centros educativos públicos del país de hacer o realizar eventospara exaltar aquella gesta patriótica y la valentía del ejército Libertador. Por eso losalumnos del quinto año del novísimo Liceo CivilÁngel María Duque, propusieron la edición delsimulacro de la entrada de Simón Bolívar al Táchira y más particularmente a La Ciudad de La Grita en Abril y Mayo de 1813, hecho histórico que por alguna razón se mantenía silenciado por la historio grafía nacional, regional y local, ya que sólo en los tiempos del General Pérez Jiménez el liceo Militar Jáuregui escenificaba la pequeña batalla librada por los patriotas y realistas aquel 13 de abril de 1813 en el sector que se encuentra entre La Grita y El Cobre, bajo la toponimia de Angostura y donde el realista Correa, perdió varios de sus hombres y algunas armas, viéndose obligado a ordenar retirada hacía los valles de La Grita, vía Bailadores. El estudiante Macario Sandoval, fue propuesto para que encarnara el papel del brigadier Simón Bolívar; quien ante la pregunta de si quería hacer el rol del Libertador respondió: “Los hombres no se ofrecen, pero tampoco se niegan”. A partir de allí, el estudiante Pepe Camargo organizó el grupo élite con el que trabajó en la adaptación del guión de la obra épica de teatro de calle e inició la búsqueda de la logística requerida para dar el mayor realismo a la escenificación de la entrada del ejército libertador al valle de Los Humogrías. Los alumnos del cuarto año asumieron el pelotón de soldados voluntarios,el batallón de cazadores del ejército Venezolano asumió otro pelotón, los integrantes del quinto año organizaron un baile popular que se presentaría frente a la casa del Balcón donde en la vida real pernoctó Simón Bolívar 158 años para aquel entonces. El estudiante del primero de humanidades Hugo Colmenares asumió el papel del General Rafael Urdaneta, el estudiante Amado Guerrero de soldado herido en la escaramuza de Angostura, sus compañeros de pelotón le cargaron en una camilla, los cañones de guerra se fabricaron con vástagos de plantas de guineos; la banda de guerra con su redoblantes a paso de vencedores. Herminio, Víctor Julio Zambrano y otros estudiantes montaron el conjunto musical con bandolina, guitarra, cuatro y macaras e interpretaron varios valses que Bolívar y su ejército bailaron frente a la casa histórica de la calle dos del Llano de La Cruz. La escenificación salió desde el Barrio La Granja por la calle dos subiendo, el pueblo se hizo presente con sus aplausos. El actor que representó a Bolívar apareció trajeado con chaquetilla azul de botones dorados, pantalón beige claro,gorro napoleónico y espada metálica de la Academia militar, montado sobre caballo blanco. Las mujeres estudiantes se trajearon a la usanza española, grandes faldas de flores y colores, peinados andaluces con peinetas y rebozos. Allí andaba la flaca Nancy Sánchez emulando el espíritu de La Quiteña Manuelita Sáenz, que aunque no estuvo en esas andanzas de la conquista de La Segunda República, ella quiso hacer ese personaje, por eso fue que tuvo el privilegio de abrir junto con Macario el baile en honor a la tropa revolucionaria. -“¡Adelante mis valientes!”- gritaba de vez en cuando el brigadier Bolívar, la columna de caballería y los hombres y mujeres que venían a pie daban la sensación de una toma militar. Por allí estaba el fotógrafo Tulio Duque con una pequeña filmadora de 8 mm y sus camaritas para fotos en blanco y negro. El director de la obra Pepe Camargo, se desplazaba de arriba abajo, dando instrucciones, llamando la atención de los actores para que lo hicieran bien, arreglándoles el maquillaje y animando la algarabía que debía mantener la escenificación. De lado y lado del balcón ubicados dos soldados de verdad, en uniforme verde olivo, a la espera de la aparición del Brigadier Bolívar. El primero en asomarse al balcón fue Rafael Urdaneta, quien presentó al líder del movimiento revolucionario como la esperanza de la Patria por su gallardía y capacidad en la ciencia de la guerra y en el pensamiento nuevo que daba origen a la patria que se estaba gestando. Por su parte el actor que personifico a Bolívar improvisó el discurso:-“Ciudadanos...compatriotas de esta comarca, los días de gloria de la patria buscada felizmente acaban de comenzar por aquí, es bueno que tengamos bien claro que la lucha es larga, pero hemos comenzado ya (...) como lo dije en el año 11 ante la junta patriótica de mi amada Caracas, trescientos años de oprobio y esclavitud ¿acaso no son suficientes?, coloquemos sin temor la piedra fundamental de la libertad, vacilar es perdernos (...). En estos últimos meses de mi estadía en la Nueva Granada, he tenido tiempo para meditar y reflexionar sobre las causas de la pérdida de la Primera República y una de esas razones ha sido la desunión de un cuerpo de ideas y de hombres, que no queremos entender que sin unión no habrá patria posible; por eso mis conciudadanos, les tengo que informar que el Quinto Batallón que fuera asignado bajo mi mando por los hermanos del Gobierno Neogradino, comandantes Castillo y Santander, se han negado a continuar la marcha hacía el centro del país, por eso me he visto obligado a amenazar al compatriota Francisco de Paula Santander, de fusilarle si no cumple mis órdenes, pero hoy por la mañana, tuve noticias que el Quinto Batallón y sus comandantes había salido hacia La Villa del Rosario de Cúcuta, muy de madrugada, algo así como entre gallos y maitines. Otra causa además dela desunión es la indisciplina, el perdón a los delitos de la contra revolución, por eso en mi mente cargo como una ebullición la idea de la Ley del Talión, que tratare de concretar en un Manifiesto de Guerra a Muerte, más adelante. Por eso deseo agradecer a este pueblo de patriotas su apoyo y colaboración con la causa de la independencia de la República y muy particularmente al Padre García, quien lleva en sus venas la misma sangre de los valerosos Hermanos García de Hevia, quien nos ha dado abrigo en esta pequeña pero acogedora Casa de Balcón que queda muy aledaña a la capilla que resguarda la imagen de la talla de madera de “El Señor Crucificado” Al salir al balcón el personaje de Bolívar, los soldados del Batallón de Cazadores dispararon balas de salva, fue entonces cuando una concha de las municiones expulsada dio sobre el rostro del personaje que hacía el papel de Bolívar; por eso antes de iniciar sus palabras dijo en bromas:-“Han herido a Bolívar”-. La risa y los aplausos no se hicieron esperar. El Profesor Ramón de Jesús
Ostos, director del Liceo sugirió que la actividad cultural no concluyera allí; el pueblo estaba en la calle con cara de satisfacción:-“Estamos haciendo quedar muy bien la Institución, vamos a dar la vuelta por la Plaza Sucre y bajemos hasta la Plaza Bolívar, para cruzar hacía el estadio García de Hevia de allí subir por la Avenida hasta el terreno del Seminario”-. Así se hizo, la caballería y la tropa de hombres y mujeres, en su mayoría estudiantes del Liceo Civil, proclamaban consignas patrióticas y entonaban de vez en cuando estrofas del Himno Nacional, algunos cañones con tubos de hierro retumbaban, los chopos caseros y las escopetas de pitón se dejaban oír cada cierto tiempo, los redoblantes, el bombo y las cornetas permitían llevar el paso de marcha militar. (Cuando pasábamos por el campo deportivo esquina de la avenida ahí vi a la señorita Cándida Rosa, quien era mi novia para entonces). Las jóvenes muchachas y muy particularmente “la gorda” Vilma Merchán,denotaba cansancio por la larga caminata queculminó frente al Casino Militar, donde loscomandantes de los batallones dieron parte al Brigadier Bolívar. (Aplausos cerrados dieron por terminada aquella jornada que elevó el autoestima de la comunidad educativa y del propio pueblo de La Grita, en razón a que ciertos estamentos sociales de la ciudad habían vendido en mal concepto la novísima
institución que con mucho esfuerzo de sus profesores, estudiantes, padres y representantes estaban levantando donde se formaban las nuevas generaciones que con el tiempos tendrían bajo sus responsabilidad la conducción del espacio humano y geográfico de dicha comarca).


Macario Sandoval (*)
(*) Ex-alumno del liceo Ángel María
Duque




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